Los síntomas de éxtasis y amor del devoto Pundarika




Los síntomas de éxtasis y amor del devoto Pundarika

Luego, el insigne Pundarika, totalmente agitado por las emociones del éxtasis, comenzó a patear todo lo que estaba a su alcance. Los suntuosos ornamentos y enseres se estrellaron contra el piso, cuando él, totalmente enloquecido, comenzó a patearlos. Las glamorosas decoraciones y los brillantes ornamentos de bronce se esparcieron por doquier en el ­suelo. Las lustrosas jarras de agua y los platones exquisitamente decorados llenos de especias dulces, se precipitaron contra el suelo origi­nando un completo desorden. Los exóticos ­arreglos florales volaron por el aire y las flores se ­desparramaron cual místicas ofrendas enviadas desde el cielo. Las brillantes almohadas de seda y los magníficos almohadones bordados, volaron por los aires. Pundarika continuó ­rodando por el suelo llorando y sollozando. Rasgó sus costosas vestimentas de seda, y como un loco se halaba el cabello que había sido arreglado con tanto esmero. Su hermoso rostro encantador se volvió todavía más atractivo y glorioso cuando comenzó a exclamar: "¡Oh Krsna! ¡Oh mi ­Señor! ¡Oh alma de mi vida! Tú has hecho mi corazón duro como una roca", gritaba Pundarika, cayendo pesadamente al ­suelo. Luego, comenzó a golpear su pecho, ­lloraba lastimeramente y exclamaba a toda voz: "¡Oh encarnación supremamente misericordiosa! ¡Tú me has privado de Tu asociación!" Llorando de esta manera, ­comenzó a temblar violentamente y volvió a patear todo lo que estaba al alcance de su vista. Sus discípulos y otros devotos, no lograban controlarle. Como no sabían qué hacer en ­semejante situación, se preocu­paron seriamente. La tormenta de amor extático continuó por largo tiempo. Finalmente, cayó ­inconsciente al suelo y permaneció en ese estado de bienaventuranza espiritual, sin respirar. Cayó en un profundo trance de éxtasis que duró seis horas.


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