Los profundos sentimientos

Los profundos sentimientos y la inmensidad del amor por Dios de Pundarika Vidyanidhi
Muy melodiosamente, Mukunda comenzó a cantar acerca de la inconcebible compasión de Krsna con la demonia Putana: "¿Quién puede ser más misericordioso y tolerante que Krsna, quien le concedió a la demonia Putana la elevada posición de una nodriza? ¡Oh mi Señor! ¿Cómo no refugiarme en Ti? Tú liberaste a la bruja Putana, quien vivía sedienta de la sangre de niños pequeños. Tan infiel e inmisericorde era, que preparó un letal veneno y untó con él sus pechos con la perversa intención de amamantarte, y de ese modo, darte muerte. ¡Mi Señor! Aun así, Tú le concediste la sublime posición de una de Tus nodrizas, simplemente porque llegó con aparente afecto maternal para amamantarte con su leche, letalmente venenosa. ¡Oh! ¿Cómo podría comprender este misterio?".
Tan pronto como las conmovedoras y emotivas palabras de Mukunda rozaron sus oídos, Pundarika Vidyanidhi fue arrebatado por el amor extático a Krsna, causado por su propia compasión. Lágrimas de gozo agitaron sus ojos y bañaron sus mejillas como las olas del Ganges. Cayó de su asiento y rodó por el suelo llorando profusamente. Comenzó a exhibir ilimitados y sensacionales síntomas de devoción. Sollozaba, rodaba por el piso, se estremecía, temblaba, rugía, gritaba, y por último, cayó sin sentido. Al observar esta inesperada y emocionante escena de amor divino manifestada por Pundarika, Gadädhara Pandita palideció y quedó estupefacto. De improviso, Pundarika recuperó el conocimiento y gritó: "¡Habla! ¡Habla Mukunda! ¡Continúa hablando!"